jueves, 20 de febrero de 2014

Señorita exigencia

Desde julio de 2013 practico Crossfit, me gustó desde un comienzo porque combina muchos ejercicios de alta intensidad y el entrenamiento es grupal. Así que el jueves 27 de febrero de 2014 me inscribí en la competencia Open Crossfit, como su nombre lo dice es una competencia abierta, dura 5 semanas, no existe categoría de peso o edad y es a nivel mundial; todos pueden participar. Tenía dudas de ingresar, no solo porque tengo una fuerte lesión en la espalda, sino también porque no me gusta competir sin estar preparada para ganar, pero mi entrenador me convenció solo con esta frase “Para todos los deportistas hay un antes y un después del Open”.

Todos los jueves durante cinco semanas se publicara en Internet un WOD (Workout Of the Day) y esta primera serie de ejercicios incluyó 30 saltos dobles con soga y 15 arranques con 55 libras para mujeres (la barra toca el piso y debe estar por encima de la cabeza). El viernes fue mi primer intento, estaba muy nerviosa, no sé hacer saltos dobles con soga y tampoco hago tantas repeticiones con ese peso. Cada intento de salto era frustrante, mi corazón se agitaba porque tenía que hacer el máximo de repeticiones en 10 min. y escuchaba un "no rep" cada vez que la soga se enredaba entre mis zapatillas justo antes de pasar por segunda vez. Cuando al fin logré terminar esos interminables saltos estaba hiperventilada y miraba la barra con terror, tuve varios intentos fallidos que dio como resultado una suma de tan solo 41 repeticiones en total, ni siquiera una ronda.

Estaba agotada, no podía con la vergüenza, apenas terminó la taquicardia quería salir del gimnasio y retirarme de la competencia, no podía creer lo tonta que fui al registrarme. Luego alguien joven y sabio me recordó algo que había aprendido desde muy chica, tenía que decidir si ese momento me definía como deportista o usaba mi determinación para superar ese límite. Necesitaba otra perspectiva, no he sido criada para hacer las cosas a medias, debía elegir ver las cosas de forma positiva: Tenía un fin de semana para ser una maestra en los saltos dobles y acepté el reto.

El fin de semana entendí que mis objetivos tenían que ser razonables. Recordé que no tenía que ganarle a nadie en el Open, esta era una oportunidad más para formar carácter, necesitaba sentir este golpe en mi orgullo para darme cuenta de que no siempre voy a ganar, pero siempre puedo mejorar. El lunes volví a intentarlo, esta vez con más práctica, con otra actitud y con un grupo de la comunidad de Crossfitters alentando. La meta era sumar 45 repeticiones y con terquedad completé 78, ¡eso es un gran avance! Fue algo increíble, antes no podía hacer que la soga pase dos veces por mis pies sin dejar marcas de látigos en mis pantorrillas y pude hacer 78 repeticiones en 10 minutos. Trascendí mis límites y estoy muy feliz.
¿Les gustaría que les cuente cómo me retará el segundo WOD?

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